Durante el siglo VII, en el año 613, surge en medio oriente un hombre llamado Mahoma (el nombre completo en el mundo árabe es Abu I-Qasim Muhammad ibn Abd Allah al-Hasimi al-Quraysi) que aseguraba haber recibido una revelación del Ángel Gabriel a través de un texto sagrado que se conoce como Corán. Surge así el Islam, que pronto comienza a tener muchos seguidores quienes comienzan a sostener batallas en contra de las tribus árabes paganas.
En el año 630 Muhammad Abd Allah toma La Meca, su ciudad natal y centro comercial de la época, y ya con un mayor apoyo militar comienza la expansión del mundo musulmán. A su muerte, los califas que le sucedieron continuaron con el plan de expansión.
Para el año 733 el mundo musulmán dominaba el norte de África, España, Jerusalem, Alejandría, Antioquía. Alcanzó un gran apogeo bajo el control del Imperio Otomano.
En este escenario, muchas de las comunidades judías se encontraron de frente con este nuevo mundo. La antigua Babilonia cayó para convertirse en Bagdad, y los judíos que ahí habitaban tuvieron que emigrar. Algunos lo hicieron a Europa del este (mayoritariamente cristiana) conformando a los pueblos Ashkenazim, y otros prefirieron quedarse en territorios musulmanes en donde encontraban una mayor tolerancia hacia sus creencias y prácticas religiosas, estos últimos habitaron Sefarad (que tradicionalmente se cree es la actual España) y por lo tanto se les llamó Sefaradim.
Se dice que en su camino migratorio, los Ashkenazim se encontraron con los Jázaros (conocidos también como Cázaros o Cazáres), una tribu turca del Cáucaso Norte que fue aliada del Imperio Bizantino contra los persas. Durante el siglo VII los Jázaros fundaron un kanato (reinado en turco) independiente en donde el judaísmo sería la religión oficial. Cuenta la leyenda que el rey Jázaro había simpatizado tanto con los Ashekenazim que se convirtió como judío y decidió que todo su pueblo debía seguir el mismo camino. Se cree que de esta convivencia devienen los rasgos caucásicos de los judíos de Europa del este, puesto que anteriormente la comunidad judía conservaba sus facciones medio orientales propias de los pueblos de los desiertos.
El contexto de la expansión islámica atrajo a muchos pueblos a la nueva religión, entre ellos al imperio selyúcida, un estado turco que se extendió por los actuales Ián, Irak y Anatolia. Precisamente fueron los selyúcidas quienes se confrontaron con el imperio bizantino derrotando en el 1071 al emperador Romano IV, su sucesor, Alejo I, solicitó entonces al Papa Urbano II ayuda y protección para controlar a los invasores.
En noviembre de 1095, Urbano II convoca al Concilio de Clermont en donde trata el tema de la invasión turca y otros asuntos. Llama entonces a la primera cruzada cuyo objetivo se fijó en recuperar Jerusalem, la "tierra santa", de manos de los "enemigos de la iglesia" argumentando que los cristianos que se encontraban en ese territorio estaban siendo abusados sin piedad.
La respuesta no fue la esperada, muchos se preguntaban por qué habrían de ir a morir a un lugar tan lejano cuando había "enemigos de la Iglesia" en su propios hogares, refiriéndose a las comunidades judías. Fue entonces cuando comenzaron los primeros ataques hacia los Ashkenazim. Ante este escenario, el Papa prometió la remisión de los pecados para aquellos que se embarcaran en la cruzada.
En total hubo cuatro cruzadas mayores y cuatro menores:
1a Cruzada: De 1096 a 1099. Se inició en Francia con el Concilio de Vermont. Su objetivo era tomar Jerusalem, lo cual se logró 1099 aunque con terribles dificultades debido a que los cruzados de entonces estaban conformados por nobles y plebeyos y no por un ejército profesional.
2a Cruzada: Comenzó en 1145, fue convocada por el Papa Eugenio III. Su objetivo fue atacar Damasco, estado independiente pero aliado del rey de Jerusalem. Los cruzados tienen éxito y lograr tomar Damasco.
3a Cruzada: En el año 1187, cae nuevamente Jerusalem a manos de Saladino, sultán de Egipto y de Siria. De manera que el Papa Gregorio VIII convoca a una nueva cruzada en 1189, la cual sería liderada por Ricardo Corazón de León, rey de Inglaterra. Los Cruzados no tuvieron éxito en retomar Jerusalem, se rindieron y el rey Ricardo firmó un tratado de paz con Saladino, como parte de las negociaciones se permitió a Corazón de León conservar las plazas costeras.
4a Cruzada: De 1202 a 1204. Esta fue una expedición militar organizada para recuperar Tierra Santa, no lo lograron pero en su camino los cruzados conquistaron y saquearon Constantinopla, capital del Imperio Bizantino y para entonces tomada por los musulmanes.
5a Cruzada: De 1217 a 1221, esta fue un nuevo intento fallido de recuperar Jerusalem tratando de derrotar primero al estado de Ayubí en Egipto. Esta cruzada estaba conformada por los ejércitos del rey Andrés II de Hungría y los batallones del príncipe austriaco Leopoldo IV.
6a Cruzada: Comenzó en 1228 nuevamente para tratar de recuperar Jerusalem. Se logra el objetivo pero por breve tiempo, ya que vuelve a caer en 1244.
7a Cruzada: Tras la caída de Jerusalem en 1244, el rey Luis IX de Francia organiza una nueva Cruzada tratando de derribar a Damieta en Egipto. Fracasa en su intento y es apresado junto con todo su ejército.
8a Cruzada: Inicia en 1270. Esta vez los cruzados habían abdicado de recuperar Tierra Santa y en su lugar optan por convertir a los "enemigos de la iglesia", particularmente al emir de Túnez, Egipto. Los ejércitos cristianos ni siquiera tuvieron oportunidad de combatir, ya que al desembarcar fueron presa de la terrible epidemia de peste que asolaba la región. El rey Luis IX muere por la enfermedad y es su hijo Felipe quien regresa a Europa tras firmar un tratado de paz con el Sultán, dando así por terminada la época de las cruzadas.
Muchos de los cruzados que participaron eran vándalos y criminales que esperaban obtener algún beneficio económico, otros eran nobles en busca de poder político. Lo cierto es que no todos estaban de acuerdo los argumentos religiosos, pero les simpatizaba la idea obtener nuevos territorios.
Por otra parte, el fervor religioso de las Cruzadas despertó un terrible sentimiento antijudío que se volcó en ataques hacia las comunidades judías de Europa. La primera agresión se presentó justamente en 1095, en Renania (en la actual Alemania), poco antes de que Urbano II convocara a la primera cruzada.
Otro ataque sucedió en York, Inglaterra, después de la coronación de Ricardo Corazón de León como rey y cruzado. En este último suceso, Ricardo prohibió el acceso de los judíos de su corte a la coronación, considerando que sería inapropiado en el contexto de la cruzada; sin embargo, algunos cristianos de la corte aprovecharon este gesto para desatar su ira en contra de los judíos, asaltarlos, flagelarlos y expulsarlos, actos que fueron imitados en varias poblaciones en donde se despojó a los judíos de sus pertenencias, se les difamó y se les convirtió por la fuerza al cristianismo.
Estas agresiones son conocidas como pogromos (del ruso "pogrom", que significa "devastación"). También en esta época fueron comunes las difamaciones en donde se decía que los judíos asesinaban a niños y bebés cristianos en demoníacos ritos o profanaban hostias.
A pesar de la postura oficial tanto del Papa como del rey Ricardo fue que las agresiones hacia las comunidades judías eran inadmisibles, los ataques y despojos continuaron. Muchos judíos fueron saqueados, golpeados y quemados vivos.
El odio de los cristianos europeos hacia los judíos provenía principalmente de dos falsas creencias:
a) En esa época estaba extendida la creencia de que los judíos habían cometido "deicidio" al crucificar a Jesús.
b) Se les consideraba aliados de los musulmanes, declarados "enemigos de la Iglesia".
En cuanto al mundo islámico, los musulmanes consideraban que todo aquel que no creyera en Muhammad Abd Allah como profeta de Dios era un infiel, daba igual si era cristiano o judío, aunque se prefería al cristiano porque consideraban que al menos las obras de caridad que los monjes realizaban eran actos de nobleza; sin embargo toleraban a los judíos y les permitían libertad religiosa. Si bien había discriminación hacia la comunidad judía y nunca se les consideró con los mismos derechos, no había actos de crueldad, ni saqueos, ni matanzas.
Para el Islam, los judíos eran el primer pueblo elegido por Dios, elección que les quita al rechazar a Jesús como profeta. Posteriormente elige a los cristianos, pero al caer en idolatría Dios prefiere hacer una nueva revelación a Muhammad Abd Allah, profeta superior a Moisés y Jesús, y declarar a los musulmanes como su nuevo pueblo santo. Esto les permitía ser más tolerantes respecto al cristianismo y el judaísmo, pues ambos habían sido electos en algún momento por la divinidad. Es por esta razón que la mayoría de las comunidades judías habían preferido residir en territorios musulmanes.
En cambio, para los cristianos los judíos eran doblemente pecadores, no sólo por no aceptar que Jesús era Dios (creencia establecida en el año 325 durante el Concilio de Nicea convocado por Constantino I), sino por haberlo matado. De ahí que se considerara a los judíos como rivales acérrimos.
Muchos teólogos del cristianismo trataban de confirmar el falso argumento del deicidio tomando como fuente el Talmud, en donde aparecen diversos personajes bajo el nombre "Ieshu", palabra lingüísticamente similar a "Jesús". De ahí que se hicieran diversos juicios a donde mandaban llamar a rabinos destacados a defender su libro sagrado, aunque la única intención de estos actos era exhibirlos. De hecho, durante esta época hubo varias quemas de Talmud frente a diferentes catedrales y parroquias, una de ellas ocurrió en las puertas de la conocida Catedral de Notre Dame.
Respecto al deicidio, lo cierto es que los judíos que vivieron bajo la ocupación romana no tenían ningún poder para ejecutar a nadie ni condenarlo a muerte, esta era únicamente una potestad de los procuradores romanos y en los evangelios se narra como fue Roma quien ordenó y llevó a cabo la cruxificción de Jesús (un castigo que ejercía Roma en aquellos tiempos hacia los enemigos del estado).
Sobre el tema de las historias de "Ieshu", efectivamente este personaje aparece en el Talmud pero no es un nombre, sino el acrónimo de "Iejad Shemo Vesijró" que significa: "sean borrados su nombre y su recuerdo", frase que se utiliza para nombrar a personas cuya vida fue malvada y que no se refiere a nadie en particular.
En el Talmud aparece la historia de este Ieshu, hijo de una tal Miriam (nombre muy común para la época) con quien un romano llamado Pantera había cometido adulterio. Ella decide esconder el origen de su hijo para evitar que fuera considerado bastardo. Ya como adulto este Ieshu se vuelve discípulo de un rabino, y es expulsado cuando, al visitar una posada, el rabí alaba la belleza del lugar y Ieshu confunde este comentario pensando que se estaba refiriendo a la dueña. Ieshu le reprocha que la mujer no es tan bella y el maestro se molesta, explicándole que como su discípulo no está ahí para fijarse en el aspecto de las mujeres, mucho menos de las casadas. Finalmente, en medio de su confusión y después de ser rechazado nuevamente como alumno en varias ocasiones, este Ieshu decide renegar de Hashem y dedicarse a la idolatría. Se dice que el Sanedrín lo condenó a muerte por apedreamiento y ahorcamiento.
Como este hay otros pocos relatos, escritos con la intención de generar una enseñanza moral y que para nada se refieren al Jesús de los cristianos. Hay que recordar que el Talmud, aunque fue plasmado por escrito paralelamente al desarrollo del cristianismo, en realidad sus historias eran tradición oral que se creó mucho antes de la ocupación romana, por lo que el personaje de Jesús no podía en ningún sentido figurar en dichos relatos. Sólo hasta nuestros días es que algunos judíos ortodoxos asocian este oscuro personaje con Jesús de Nazaret, con el objetivo de "alertar" a los judíos y evitar su conversión al cristianismo, pero esta asociación está evidentemente equivocada tal como lo explicaban los rabinos en la época de las cruzadas.
Para saber más: http://www.judiosyjudaismo.com/2013/02/los-judios-y-las-cruzadas/