Tishá B'Av es una fecha de duelo, ayuno y oración. Literalmente significa "9 de Av", y es que el mes de Av es cuando han ocurrido las mayores desgracias para el pueblo judío: la destrucción del primer Templo y, sorprendentemente, la destrucción del segundo Templo en el año 70 de la Era Común.
Durante las tres semanas que preceden a Tishá B'Av, a partir del 17 de Tamuz, se minimiza toda actividad que proporcione alegría: no hay bodas, no se escucha música ni se baila, no se come carne ni se bebe vino, se mantiene el baño únicamente lo estrictamente necesario para conservar la higiene, no se tienen relaciones sexuales, no se usa ropa lujosa o de fiesta, no se usan joyas, no se corta el pelo ni la barba y se hacen continuas demostraciones de duelo. En Shabat se leen las Haftarot de Isaías y Jeremías, quienes hablan de la destrucción del Templo y el exilio del pueblo judío.
El 17 de Tamuz se ayuna desde el amanecer hasta al anochecer, se dice que en esa fecha sucedieron los siguientes terribles eventos:
- Moisés rompió las tablas en el Monte Sinaí - en respuesta al pecado del Becerro de Oro.
- Las ofrendas diarias del Primer Templo fueron suspendidas durante el sitio de Jerusalem, cuando los cohanim ya no pudieron conseguir animales.
- Las paredes de Jerusalem fueron quebrantadas, antes de la destrucción del Segundo Templo en 70 EC.
- Previo a la Gran Revuelta, el general romano Apostamos incendió un rollo de Torá – sentando un precedente para la terrible quema de libros de judaísmo durante los siglos.
- Se ubicó una imagen idólatra en el Santuario del Templo Sagrado – un descarado acto de blasfemia y profanación.
El duelo se intensifica hasta llegar a Tishá B'Av, en donde ocurrieron (según la Mishná Taanit 4:6):
- Durante el tiempo de Moisés, los judíos en el desierto aceptaron el reporte calumnioso de los espías y se emitió un decreto prohibiéndoles entrar a la Tierra de Israel (1312 AEC).
- El Primer Templo fue destruido por los babilonios y Nabucodonosor.
- El Segundo Templo fue destruido por los romanos (70 EC).
- La Revuelta de Bar Cojba fue vencida por el emperador romano Adriano (135 EC).
- El Monte del Templo fue socavado y Jerusalem fue reconstruida como una ciudad pagana.
En 9 de Av también ocurrieron otras desgracias: la expulsión de los judíos de España en 1492, el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, la deportación en masa del Gueto de Varsovia al campo de exterminio de Treblinka durante la Segunda Guerra Mundial en 1942, la declaración de las Cruzadas en 1095, la quema del Talmud de 1242, el edicto de expulsión de los judíos de Inglaterra en 1290, el atentado terrorista de Buenos Aires en 1994 (ocurrido el 10 de Av).
La tarde previa a Tishá B'Av se consume en el suelo, a solas, una comida consistente en pan, agua y huevo cocido, untada con cenizas en señal de duelo (Seudá Hamafseket). El huevo nos recuerda el ciclo de la vida, por su forma redonda, el endurecimiento que ocurre mientras más se cocina, representa la capacidad del pueblo judío para hacerse cada vez más fuerte y soportar la persecución. Los ayunos no son obligatorios para las mujeres embarazadas o personas enfermas.
En las sinagogas se lee el libro de Lamentaciones, un lamento poético sobre la destrucción del primer Templo de Jerusalem. Se atenúan las luces, se prenden velas, la cortina del Arca es removida, los servicios se dirigen en voz baja y triste.
Tishá B'Av es la fecha más triste del calendario judío, dentro del mundo ortodoxo Tishá B'Av se ha convertido prácticamente en un día de mala suerte. De hecho, la interpretación del relato de los espías se convierte en un castigo divino a través de las generaciones: como los judíos se negaron a seguir la voluntad divina por creer que cosas malas pasarían, entonces ese día se convertiría para siempre en un día de malos presagios.
En el judaísmo reformista la perspectiva es otra, no hay ayuno ni lamentaciones, ya que se considera que es un día dedicado a recordar la fuerza del pueblo judío al sobrevivir a tantos males. No se victimiza a los judíos, sino que se recuerda su fortaleza ante la adversidad. Es como cuando te ha pasado algo realmente terrible, y te recuperas de ello, lo primero que haces es sentirte aliviado y lo segundo es agradecer a Dios por haberte librado de ese mal. Ese es el sentido en el que se recupera esta fecha tan importante para recordar.
Como dato cultural, el relato de los espías que Moisés envió a Canaán se puede encontrar en Números 13.
En el judaísmo reformista la perspectiva es otra, no hay ayuno ni lamentaciones, ya que se considera que es un día dedicado a recordar la fuerza del pueblo judío al sobrevivir a tantos males. No se victimiza a los judíos, sino que se recuerda su fortaleza ante la adversidad. Es como cuando te ha pasado algo realmente terrible, y te recuperas de ello, lo primero que haces es sentirte aliviado y lo segundo es agradecer a Dios por haberte librado de ese mal. Ese es el sentido en el que se recupera esta fecha tan importante para recordar.
Como dato cultural, el relato de los espías que Moisés envió a Canaán se puede encontrar en Números 13.
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