lunes, 18 de mayo de 2015

EL MONOTEÍSMO Y LOS ATRIBUTOS DE DIOS

Se considera que en el mundo existen tres grandes religiones monoteístas: cristianismo, Islam y judaísmo.

MONOTEÍSMO Y ATRIBUTOS DE DIOS


Sin embargo, dentro de la tradición del judaísmo, ni el cristianismo ni el Islam son monoteístas realmente. Para poder entender esta postura, es necesario aclarar algunos conceptos:

-Politeísmo: Acepta la existencia de varios dioses o divinidades y se rinde culto a más de uno de ellos.

-Monolatría: Acepta la existencia de varios dioses o divinidades, pero se rinde culto sólo a uno de ellos.

-Monoteísmo: Sólo acepta la existencia de un dios absoluto sin fuerza opositora.

El cristianismo y el Islam no son, por supuesto, religiones politeístas. Ninguna acepta la existencia de otros dioses ni rinde culto a varias deidades, pero tampoco son 100% monoteístas. Revisando sus creencias encontramos:

  • Cristianismo: En el catolicismo se cree que existe dios padre, dios hijo y dios espíritu santo, y que estas tres "personas" que co-existen son un solo dios, es lo que se conoce como "Santísima Trinidad". En el protestantismo se cree en la existencia de un dios cuya unidad está conformada por tres personas (padre, hijo y espíritu santo), algunos llaman a esto "Triunidad". En otras sectas cristianas minoritarias se considera que Jesús no es Dios pero que es un intermediario divino entre Dios y la humanidad.
  • Islam: No considera que Jesús sea Dios ni hijo de Dios, sino un profeta de origen divino aunque de menor rango que Muhammad ibn Abd Allah (Mahoma).

En ambos casos se considera a Jesús como una figura divina que intercede por la humanidad. En el judaísmo, la idea de un intercesor divino que media entre Dios y los seres humanos, se considera "avodá zará", idolatría, ya que la creencia fundamental de los judíos es que Dios es uno, único e indivisible, que se reveló directamente ante el pueblo de Israel sin necesidad de ningún mediador. Esta creencia se ve reflejada en el Shemá que rezamos cada mañana y cada noche:


"Shemá Israel Adonai Elohéinu, Adonai Ejad"

Escucha Israel, el Eterno nuestro Dios, el Eterno es uno.


No obstante, aunque nosotros tenemos un pacto con el Eterno quien nos ordena no rendir culto a otros dioses, ni seres divinos, ni intermediarios, entendemos que otros pueblos pueden entender a Dios de otras maneras y llegar a él de diferentes formas sin que para ellos esté penado de forma alguna. En cambio, para los judíos, es preferible no creer en Dios (lo cual no es necesario para ser judío) a seguir otras deidades, pues en la Torá se nos ordena:


"Yo soy el Eterno, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, no tendrás a otros dioses delante de mi". (Shemot 20:2-3)


Creer en un sólo Dios también tiene un origen ético, pues la adoración a varios dioses implica que uno puede ser mejor que otro, y por lo tanto habría personas superiores a otras según el poder de su dios, cosa que de hecho pasaba entre los antiguos pueblos: cuando una nación perdía una batalla, consideraba este hecho como una prueba del poderío del dios enemigo y entonces se convertía al culto del reinado vencedor (algunos reinos pensaban que las batallas que se daban en la tierra también se daban en el mundo de los dioses).

En cambio, cuando crees en un sólo dios, sabes que no hay personas inferiores ni superiores porque todos rendimos cuentas al mismo poder. Con todo, el pueblo de Israel no fue el primero en introducir el monoteísmo al mundo, se cree que esta forma de culto proviene de los Hicsos, grupo del Cercano Oriente que dominó el bajo Egipto en el siglo XVII A.E.C. y que se cree introdujo la adoración al dios Ra.

Otra creencia que está asociada al cristianismo y al Islam, es la existencia de una fuerza opositora a Dios, es decir, que Dios es el bien absoluto y que por otro lado existe el mal, a través de la figura de Satanás o el diablo, que se enfrenta con Dios, algo muy parecido a lo que ocurre en el zoroastrismo, en donde existe un dios bueno y un dios malo, y hombres que eligen seguir a uno o a otro; en el judaísmo esto está completamente descartado.

Para los judíos, Dios es la fuente tanto del bien como del mal, y no hay nada que se le oponga o enfrente. Existe un Satán (que aparece el libro de Job), pero es un ente que se opone al hombre, un ángel que tiene una misión específica que Dios mismo le ha encargado.

Satán significa "acusador", también se interpreta como "sacar de camino" o "desviar" como cuando se desvía una flecha de su objetivo. En el Movimiento Ortodoxo, Satán es un malaj (ángel) cuyo trabajo es echarte en cara las veces que te desvías de la Torá, una especie de "soplón" que le rinde cuentas a Dios de todas las equivocaciones que has cometido y que han derivado en malas acciones.

En los movimientos liberales no se cree en ángeles ni demonios para evitar caer en avodá zará, por lo que Ha Satán (conocido también como Ietzer Hará, "la mala inclinación") es una metáfora de tus propias malas acciones, en realidad te estás delatando tú mismo.

Ahora bien, Dios crea el bien y el mal; pero NO causa el mal. El mal es causado por los seres humanos al elegirlo ellos mismos por su capacidad de libre albedrío; pero también son capaces de crear, pues son a imagen y semejanza de Dios, por lo que pueden hacer cosas buenas y malas.

Ahora bien ¿qué o quién es Dios para los judíos? Es una pregunta prácticamente imposible de definir. Nadie sabe a ciencia cierta qué es Dios, finalmente la creencia en un poder superior es una decisión personal y cada uno tiene una relación diferente y personal con el creador, de ahí la frase "Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Yacob", que resalta las diversas formas de estos personajes para relacionarse con el Eterno, por eso jamás escucharás decir "Dios de Abraham, Isaac y Yacob".

Filón de Alejandría, filósofo judío allegado al helenismo, estaba convencido de que no podemos definir a Dios ni entender sus designios, por lo que sólo podemos describir lo que NO es Dios.

De acuerdo con los textos bíblicos, Dios:

  • No es una persona.
  • No tiene cuerpo humano.
  • Es uno y único.
  • Es de género masculino y femenino al mismo tiempo, o no es ninguno de los dos; pero no hay un dios masculino y un dios femenino. (Según exégesis rabínica, en los textos de la Torá se habla de Dios en términos masculinos para evitar cualquier insinuación de que biológicamente pudiera engendrar hijos; así mismo, también se menciona a la shejiná, la presencia de Dios, en términos femeninos).
  • Tiene un nombre, de hecho tiene varios nombres. Aunque existe el Tetragramatón, que sería en sí el nombre propio de Dios, este no tiene vocales y no se sabe exactamente cuál es su pronunciación (algunos creen que se pronuncia "Yawe", siendo esta palabra una onomatopeya de la respiración humana, haciendo alusión a la vida). Hay muchos otros "nombres" que en realidad son atributos de Dios:  Adonai (mi Señor o mi Amo), El Olam (Dios Eterno), El Shalom (Dios de paz), El Shaddai (Todopoderoso).
  • Nadie sabe como se ve.
  • Actúa en el mundo.
  • Tiene relación con todos los pueblos, y un pacto especial con Israel.
  • Espera un comportamiento ético: justicia y verdad.
  • Es un dios personal, cercano a todo el que lo busca de verdad.

miércoles, 11 de marzo de 2015

EL SIONISMO

El fundador del Movimiento Sionista fue Theodor Herzl, un periodista austro-húngaro que vivió a finales del siglo XIX.

SIONISMO, THEODOR HERZL

Aunque Theodor provenía de una familia judía, él en sí no se consideraba como judío puesto que no era practicante en ningún sentido, creía de hecho que todos los problemas del judaísmo, incluyendo la discriminación, provenían de la práctica religiosa y que la única forma de acabar con ellos era a través de la conversión masiva al cristianismo; sin embargo, cambió drásticamente su opinión a partir del caso Dreyfus.

El caso Dreyfus fue un escándalo muy sonado sobre discriminación, particularmente judeofobia, que se dio en París, Francia, en 1894. Ese año se acusó a Alfred Dreyfus, un capitán del Ejército Francés, de espionaje y de haber entregado documentos secretos a los alemanes, esto sin haber una sola prueba de por medio. Dreyfus fue juzgado en el tribunal militar y condenado a cadena perpetua por el delito de "alta traición", castigo que habría de cumplir en la Isla del Diablo, una prisión de máxima seguridad ubicada en la Guyana francesa.

A pesar de que la familia de Dreyfus reunió las pruebas necesarias para comprobar su inocencia e incluso encontró al verdadero traidor, el tribunal no quiso retirar la condena, lo cual fue celebrado por sectores conservadores de la sociedad francesa. Muchos grupos antisemitas consideraron esto como una victoria e iniciaron varios ataques a las comunidades judías, hubo varios muertos.

No había ninguna prueba de culpabilidad en Dreyfus, había sido acusado por sus propios compañeros cuando supieron que provenía de una familia judía aunque él era un hombre laico que no se interesaba por la religión y que había dedicado casi toda su vida al servicio del ejército. Al saber esto, varios intelectuales de la época se pronunciaron a favor de Dreyfus y su libertad. Al mismo tiempo la prensa antisemita incrementó sus publicaciones, particularmente las del caso Dreyfus. el caso empezó a trascender en los medios y a nivel internacional, y sociedad francesa se polarizó entre los que estaban a favor y contra del capitán acusado.

E conflicto llegó a tal grado que el tribunal tuvo que reabrir el caso, aunque nuevamente falló en contra de Dreyfus, pero esta vez, por circunstancias "atenuantes", le dieron diez años de prisión. Finalmente el Presidente de Francia, Emile Loubet, le concedió un indulto; pero la inocencia de Dreyfus fue reconocida hasta 1906. Dreyfus se reincorporó al ejército como Comandante.

En ese entonces, Theodor Herzl estaba cubriendo el caso para el diario el "Die Freie Presse" de Viena. Le impresionó sobremanera la literatura antijudía que se dio en gran parte de la prensa francesa y se comenzó a sentir identificado con el caso, pues se dio cuenta de que la práctica religiosa no era la razón de la judefobia, sino sólo el hecho de haber nacido en una familia judía o tener algún familiar judío. Se preguntaba como podía suceder eso en un país tan civilizado como Francia, y por primera vez fue consciente de que algo así podía sucederle a él, aunque no fuera religioso.

Uno de los sucesos que más le impactaron, fue durante la ceremonia de degradación de Dreyfus. Al salir del edificio, los numerosos asistentes ahí congregados empezaron a gritar consignas como ¡Muere Dreyfus! ¡Muerte a todos los judíos!

Con este caso, Herzl se dio cuenta de que en realidad no había forma de combatir el antisemitismo, ni siquiera asimilándose y dejando se ser judío, como era el caso de Alfred Dreyfus y el suyo propio. Entonces comenzó a surgir en él un sentimiento nacionalista acorde a la época, y llegó a la conclusión de que los judíos estaban expuestos al odio y la destrucción porque sus propios países los consideraban extranjeros y no les concedían la protección que todo Estado debiera dar a sus ciudadanos, luego entonces consideró que la única solución era que los judíos contaran con su propia patria y un Estado que los defendiera y les permitiera vivir con libertad.

 En su obra "Den Judensatat", "El Estado Judío", publicada en 1896, Theodor Herzl desarrolla sus tesis nacionalistas. Este texto no fue bien recibido por el Movimiento Reformista, quien en sus inicios tenía firme creencia de que no era necesario llegar a tal extremo, sino que un judía podía perfectamente conservar su identidad religiosa y ser al mismo tiempo un ciudadano que viviera de acuerdo a la cultura de su propio país. Los sectores más ortodoxos tampoco aceptaron el ensayo, al considerar que iba en contra de las enseñanzas religiosas.

Sin embargo, las ideas de Herzl fueron abrazadas por una gran cantidad de judíos europeos que estaban cansados de la discriminación, la exclusión y los ataques a sus comunidades. De esta manera, en 1897 se celebra el primer congreso sionista en Basilea, Suiza, y se abren oficinas para el Movimiento Sionista en Viena.

En el congreso de Basilea, Theodor Herzl fue designado Presidente del Movimiento Sionista, y desde entonces y hasta su muerte en 1904 trabajó intensamente en labores diplomáticas para encontrar un país que quisiera ceder parte de su territorio para fundar la patria judía. Finalmente encontraría dicho apoyo en Joseph Chamberlain, Secretario de Estado para las colonias del Imperio Británico. También en Basilea se adopta el poema Hatikva como himno (que más tarde se convertiría en el Himno Nacional de Israel) y se diseña una bandera.

En 1902, Herzl publica su obra "Altneuland" (la Vieja Tierra Nueva), en donde describe cuál es su ideal respecto al país judío, el cual tendría que ser una nación democrática, moderna, próspera, secular, a favor de la paz, que impulsara la ciencia y la tecnología, que fuera "una luz para las naciones" tal como lo dice el texto bíblico. Años más tarde, muchos judíos le dieron a Theodor el sobrenombre de "el profeta de Sión", pues precisamente en este texto, Herzl declara que en ese momento una patria judía parece una utopía pero que dentro 50 años sería una realidad, aproximadamente cincuenta años después se funda el Estado de Israel.

El Movimiento Sionista toma su nombre de Sión, fortaleza jebusea mítica tomada por el rey David, la cual se menciona en los relatos bíblicos que la ubican a las afueras de Jerusalem en las colinas del Monte Sión, centro espiritual y madre de todos los pueblos según los salmos. Sión fue también el nombre utilizado durante siglos para referirse a Jerusalem, al Beit Hamikdash (el Gran Templo de Jerusalem) y a la tierra prometida en general.

El lema del Movimiento Sionista es "Si lo quieren no será una leyenda".

Para saber más de Theodor Herzl puedes visitar:

EL ANTISEMITISMO

La palabra "antisemitismo" surgió en 1879. Fue usada por primera vez por el escritor alemán Wilhelm Marr en su ensayo "La senda a la victoria de la esencia alemana sobre el judaísmo".

WILHELM MARR, ANTISEMITISMO



Wilhelm acuñó la palabra "antisemita" como eufemismo para el término alemán Judenhass "odio a los judíos". Él aseguraba que los judíos y alemanes habían sostenido una lucha por siglos debido a su origen racial, la cual no terminaría hasta victoria de una de las razas y la muerte de la otra. Por lo tanto, la asimilación de los judíos no eliminaba el "problema" y por el contrario, les otorgaba a ellos el control de la economía y de la industria.

Desde la percepción de Wilhelm, si los judíos ganaban, la consecuencia sería la aniquilación del pueblo alemán. Para evitar este dramático fin, funda la Liga de Antisemitas, que abogaba por la expulsión de todo judío de Alemania.

Wilhelm fue de los primeros en otorgar, en base a conceptos pseudocentíficos, un sentido racial a la palabra "semita", la cual originalmente se refiere a las personas cuyo idioma materno es derivado de alguna de las lenguas semitas, una rama que abarca muchos idiomas en ciertas regiones de oriente medio, áfrica y asia, incluyendo el árabe y el hebreo aunque actualmente también hay otros dialectos que están en esta categoría como el tigriña.

El término "semita" que se usa para nombrar esta familia de lenguas, se deriva de la historia Bíblica de Sem, hijo de Noé, cuyos descendientes, según el relato, poblaron el medio oriente y fundaron los antiguos pueblos que conformaban Mesopotamia.

Como el término se aplicaba a la lengua, fue fácil que algunos lo relacionaran con ciertos grupos étnicos, aún cuando siglos después estos desaparecieran como fue el caso de Babilonia y Fenicia. Aunque Wilhelm de los primeros en aprovecharse de esta mala interpretación de "pueblos semitas", se tiene registro de escritos que hacían alusión a ello desde 1807. Es por ello, que el término correcto para nombrar el odio hacia los judíos es "judeofobia" y no "antisemitismo", si bien Wilhelm se encargó de popularizar este último y aprovecharlo para extender el odio marcado hacía los judíos e inferiorizarlos en términos raciales completamente equívocos.

En realidad, Wilhelm era el ejemplo clásico de las consecuencias de la Haskalá y la incorporación de los judíos del gueto al mundo secular. Cuando Mendelssohn promovía entre los guetos la idea de salir y conocer de ciencia, lo hacía entre muchas razones para tratar de acabar con la discriminación hacia el pueblo judío, que entonces era visto como ignorante.

Sin embargo, los ideales de Mendelssohn no se cumplieron. A pesar de que ahora los judíos estudiaban y se destacaban en la adquisición de conocimiento, muchas personas, tanto laicas como cristianas, vivieron esto como una invasión y una amenaza a sus sociedades, puesto que el prejuicio y la discriminación hacia el judío ya estaba muy arraigado en Europa desde hacía siglos. Personas como Wihelm, sólo añadieron un pretexto pseudocientífico para justificar su odio irracional.


¿CÓMO SURGIÓ EL ODIO HACIA LOS JUDÍOS?


Aunque no hay en realidad un motivo real para odiar un grupo en particular, pues la discriminación se deriva de conceptos irracionales, se cree que la base de la judeofobia tuvo sus orígenes después de la destrucción, por parte de Roma, del Beit Hamikdash (El Gran Templo de Jerusalem), en el año 70 de nuestra Era.

Antes de la destrucción del Templo había principalmente tres grupos de judíos: saduceos (vinculados al Templo y que desaparecieron después de su destrucción), fariseos (liberales que se oponían a los saduceos y aceptaban hubiese una interpretación de los textos de la Torá), y esenios (que se refugiaron en cuevas para proteger sus escritos y fueron totalmente aniquilados por los romanos). Adicionalmente habían comenzado a surgir varias sectas mesiánicas que trataban de poner fin a los efectos de la dominación romana, entre ellos los cristianos.

Los sobrevivientes a la destrucción del Beit Hamikdash fueron los fariseos y los cristianos, que muy pronto entraron en competencia por captar a los judíos que habían sido dispersados.

Los fariseos aseguraban que sólo ellos tenían la autoridad para interpretar la Torá a través de la Torá Oral que habían recibido de generación en generación, esto con el objetivo de contrarrestar las interpretaciones que estaban haciendo los cristianos. De esta manera se fundan las primeras academias y comienza a surgir la figura de "rabino" y la construcción de la halajá.

Por su parte, los cristianos tratan de separarse claramente de los fariseos, y comienzan a criticar las nuevas reglas que ellos tratan de imponer alegando que se centran demasiado en el mundo físico y no en el espiritual, y que por lo tanto se están alejando de Dios con esas prácticas.

Ambos grupos entran entonces en un período de antagonismo tratando de desligarse el uno del otro. La tensión alcanza su punto clave cuando comienzan a ponerse por escrito las reglas de cada cual: el Talmud por parte de los rabinos, los Evangelios por parte de los Cristianos.

A tal punto creció el odio entre ambos grupos, que a finales del siglo I, el rabino Gamliel ordena a su discípulo Samuel "el pequeño" escribir una maldición en contra de los sectarios cristianos, la cual es conocida como Birkat HaMinim, en donde se ruega a Dios que triture, destruya y humille a todos los malvados.

Por su parte, los cristianos elaboran el Evangelio según San Juan, en donde se dice que los judíos son hijos del Diablo (en este texto se basa la posterior iconografía que se hiciera de los judíos durante la Edad Media).

Anteriormente, en los evangelios conocidos como "sinópticos", las críticas eran dirigidas  principalmente a los saduceos (que eran los representantes "oficiales" de los judíos en la época de los romanos) y a los fariseos, por tratarse de su grupo opositor; pero a partir del evangelio de Juan, los cristianos se separan definitivamente de los judíos y se comienzan a ostentarse como el nuevo grupo elegido por Dios.

Esta idea de "sustitución" es en realidad una evolución que tuvieron que hacer los cristianos para tratar de explicarse la muerte de su Mesías. A la muerte de Jesús, sus discípulos tenían que explicar por qué el que ellos consideraban como Mashiaj había muerto, por lo que dieron a ese hecho una explicación mística: que la muerte de Jesús era necesaria para redimir al mundo. Y para ello, culparon de su muerte no a los romanos ni a su gobernador, que eran los únicos que podían dar el castigo de la crucifixión, sino a los líderes judíos (líderes según la visión de Roma), y para ello se apoyaron en los escritos de los profetas que criticaban severamente al pueblo hebreo.

Sin embargo, al incrementarse la influencia de los rabinos, los cristianos deciden separarse del judaísmo argumentando que los judíos (rabinos y sus seguidores) son unos ciegos que no quieren aceptar que la llegada de Jesús estaba anunciada, adoptando una interpretación cada vez más fundamentalista de los libros de los profetas. De esta forma, el cristianismo se centró más en la prédica hacia los gentiles, los no judíos, y poco a poco fue llegando a las familias de la elite romana hasta el punto de convertirse en la religión oficial del Imperio en el siglo IV (lo cual fue posible gracias a los privilegios que recibieron durante el gobierno de Constantino El Grande).

Con el tiempo y ante estas ideas, los posteriores Padres de la Iglesia se convencen de que el pueblo judío se había apartado de Dios, que la halajá de los rabinos es algo materialista e inferior y que la Iglesia es espiritualmente superior. De esta manera, establecen una dicotomía judaísmo-cristianismo, en donde unos son un pueblo malo y falso, y el otro el bueno y verdadero, y que las profecías de castigo son para los judíos mientras que las de reconciliación son para los cristianos.

Todas estas posturas se establecen oficialmente durante el Concilio de Nicea I convocado por Constantino.

El Concilio de Nicea I se convocó en el año 325 por consejo del Obispo Osio de Córdoba. El objetivo era establecer la paz religiosa y unificar al cristianismo, que por aquel entonces tenía diversas creencias, particularmente las que se debatían sobre el origen divino de Jesús (el Arrianismo por ejemplo, sostenía que Jesucristo no era Dios mismo, aunque sí el primer ser creado en el mundo).

Constantino no era cristiano todavía en ese momento, puesto que no se había bautizado; sin embargo, como emperador, le preocupaba que la división religiosa pudiera fracturar el Imperio romano. Él veía en el cristianismo una oportunidad para unificar a Roma, ya que los cristianos estaban organizados jerárquicamente y tenían comunidades extendidas por todo el territorio, lo cual le permitía obtener información de primera mano a través de los obispos y arzobispos.

Por otra parte, Constantino entendía que la religión podía ayudar a controlar a los ciudadanos de una forma no sólo legal sino también moral. De esta manera, accede al Concilio (con el previo antecedente del Concilio de Arlés en donde se había pedido la intervención imperial) y convocó a todos los obispos romanos aunque no asistieron en su totalidad.

Durante el Concilio de Nicea I se establecieron duras restricciones hacia los judíos y hubo quien se refirió a ellos como "secta malvada y perversa", "parásitos", "asesinos del Señor". Los aproximadamente 300 obispos asistentes resolvieron romper toda relación con el judaísmo.

Entre las muchas prohibiciones se estableció que judíos y cristianos no podrían más adorar ni rezar juntos, puesto que el Concilio adoptó importantes dogmas para la fe cristiana:

1. Que Jesucristo era Dios.

2. Que el pueblo judío era culpable de deicidio al haber matado a Cristo.

3. Que el nombramiento de los judíos como pueblo elegido había pasado a manos de los cristianos y ahora ellos eran el "Nuevo Israel".

Los padres de la Iglesia comenzaron a difundir sus ideas en diversos sermones y discursos que se han catalogado como "Adversus Judaeos", que significa "contra los judíos".

El ejemplo más vivo de esta ideología fue el arzobispo Juan Crisóstomo (Crisóstomo significa "boca de oro"), quien fuera famoso por sus sermones antijudíos en donde tildaba a los judíos de bandidos, asesinos, mentirosos, gente rapaz y muchos otros apelativos. También decía que las sinagogas eran casas de prostitución cavernas de ladrones y cuevas de animales salvajes y sanguinarios.

Estos sermones llegaron a propiciar la aparición de ataques esporádicos hacia las comunidades judías durante el siglo IV, e incluso quema de sinagogas, pero no era un escenario recurrente.

Entre los edictos que lanzó el Concilio de Nicea, estaban:

  • La Pascua debía ser celebrada en una fecha fija separada del calendario judío.
  • Quien persiguiera a los judíos se haría acreedor a la Gracia Divina.
  • El "Día de reposo" se celebraría el domingo y no el sábado.
  • Abolición de la circuncisión.
  • Se destierran las tesis arrianas que niegan la divinidad de Jesús.
  • Se acuerda que la fecha de nacimiento de Cristo es el 25 de diciembre.
  • Se establece el Credo Niceno para definir las principales creencias del cristianismo: que hay un Dios, un Señor (amo) llamado Jesucristo que es unigénito y consubstancial de este Dios, que a través de Jesucristo se creó el mundo y todas las cosas que en él hay, que se hizo carne para la salvación de la humanidad, sufrió, murió y resucitó al tercer día, y que algún día vendrá para juzgar a vivos y muertos.
  • Se canonizan los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, considerando el resto (más de 250) como apócrifos y castigando su posesión con pena capital.
  • Surge la Iglesia Católica.

Cuando el Cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano (en el año 380 a través del edicto de Tesalónica), los judíos perdieron muchos de los derechos de ciudadanía que había otorgado el emperador Caracalla a principios del siglo III.

Con el reinado de Constantino II, las restricciones hacia los judíos fueron creciendo cada vez más: se les prohibió casarse con cristianos, tener esclavos cristianos, y la conversión al judaísmo se castigó con leyes más severas, esto debido al temor de que los nuevos conversos al cristianismo entraran en contacto con el judaísmo y lo prefirieran.

Para el siglo V, la nueva Iglesia ya había obtenido el permiso legal para destruir cualquier obra que se opusiera a lo aprobado en el Concilio de Nicea, con el pretexto de proteger al catolicismo del paganismo. Comienza una nueva era de intolerancia religiosa.

De esta destrucción se salvó el pueblo judío, puesto que de él emanaban las bases del cristianismo. De hecho, hasta el año 1096, la postura oficial de la Iglesia Católica hacia los judíos fue la promovida por San Agustín: que estaban condenados a una vida miserable por haber rechazado a Jesús, y que su condición y existencia servían para demostrar la victoria de la Iglesia, por lo tanto no debían ser atacados ni tratados de convertir por la fuerza.

Como ya vimos, esta "tolerancia" se comenzó a desdibujar con las Cruzadas, y la animadversión hacia el judío fue aprovechada por los políticos y soberanos de la Edad Media para hacerse de dinero, poder y propiedades, hasta que finalmente los judíos fueron expulsados de diversas partes de Europa y confinados a Guetos.

Este odio construido y alimentado por generaciones en Europa, penetró finalmente las esferas laicas, de las cuales comenzó a surgir la judeofobia moderna bajo el nombre mal usado de "antisemitistmo", siendo el ejemplo más claro el Holocausto creado por el Nacional Socialismo en Alemania, durante la Segunda Guerra Mundial.

sábado, 28 de febrero de 2015

LA ILUMINACIÓN JUDÍA (HASKALÁ)

El Iluminismo, mejor conocido como "La Ilustración", fue un movimiento que se desarrolló entre 1650 y 1850 aproximadamente (a finales del s. XVII y hasta inicios de la Revolución Francesa), particularmente en Europa del Oeste. Frente a la oscuridad de la Edad Media, la Iluminación hacía énfasis en la razón y la lógica, con la intención de "iluminar", es por eso que al sigo XVIII se le conoce como "el siglo de las luces".


HASKALÁ


En estos años surgieron personajes que estaban seguros de que todo en el universo podía ser explicado a través de la ciencia y las matemáticas, que se podía construir un mundo mejor combatiendo la ignorancia, la superstición y la tiranía. En esta época Isaac Newton publica su obra "Principios Matemáticos de la Filosofía Natural", en 1687, en donde presentaba sus descubrimientos de mecánica y cálculo matemático. Los principales representantes de la Ilustración fueron Voltaire, Montesquieu, Diderot, Rousseau, Buffon, y otros.

Para 1750 la matemática, la razón, la filosofía y la ciencia, se convirtieron en cosas mucho más importantes que la revelación de Dios y la religión como fuente de conocimiento.

En el judaísmo, la aplicación del pensamiento racional moderno a la tradición se conoce como "Haskalá", que significa "Ilustración" o "educación", y a los seguidores de este movimiento se les llamó "maskilim", "ilustrados". La haskalá comienza en Alemania a fines del s. XVIII y se expande lentamente a Europa del Este.

La haskalá era un movimiento judío que pretendía integrar a los judíos al mundo en general enseñándoles ciencia, filosofía, matemáticas, arte e idiomas, y no sólo Torá y mitzvot, con el fin de que las personas judías pudieran convertirse en profesionales: abogados, arquitectos, ingenieros, profesores universitarios, etc.

El problema era que la misma haskalá veía al judaísmo como algo irracional y sin fundamentos lógicos. Ya en su época, el filósofo Baruj Spinoza, había señalado que el judaísmo sólo se podía explicar a través de la razón o a través de la fe, pero que ambas explicaciones eran incompatibles.

Fue Moisés Mendelssohn (1729-1786), padre de la haskalá en Alemania, quien por primera vez daría respuesta a los desafíos de Baruj Spinoza. Mendelssonhn era de hecho un judío observante que creía en el cumplimiento de todas las mitzvot, las consideraba significativas y que todos los judíos deberían cumplir con ellas; pero a su vez, consideraba que el judaísmo se debía abrir a los nuevos descubrimientos y el avance de la ciencia. En su obra Jerusalem, la cual estudia cuáles de las mitzvot ya no siguen vigentes (como aquellas relacionadas al templo, por ejemplo), él trata de conciliar ambas posturas.

Siendo amigo de Emmanuel Kant, que tenía influencia aristotélica, Mendelssohn retoma algunas de sus ideas, pues pensaba que a través de la razón, la inteligencia y los principios ético-morales, el ser humano era capaz de hacer el bien y mejorar al mundo, de manera que pone énfasis en conservar los valores éticos del judaísmo sin renunciar a la tradición, pero al mismo tiempo vincularse al conocimiento y la ciencia que estaban avanzando en el mundo.

Mendelssohn desarrolló un método histórico-crítico para el análisis de la Biblia, llamado "Biur", que contrarrestaba los efectos de la exégesis tradicional de los rabinos. El Biur junto con las traducciones de la Torá al idioma local, fueron las principales herramientas usadas por los seguidores de la haskalá, los nombrados maskilim. Particularmente, la traducción de la Torá a otros idiomas no fue bien vista por algunos rabinos, quienes organizaron varias quemas de libros por este motivo.

Además de las traducciones en idioma local, los maskilim fomentaron el aprendizaje del hebreo, esto con tal de erradicar el yidish, el cual era mal visto por los alemanes por considerarlo un dialecto espurio. Muchos seguidores de la haskalá (incluyendo Mendelssohn), pensaban que el yidish era un obstáculo para la integración de los judíos al mundo moderno.

Otros líderes de la haskalá fueron Aaron Halle-Wolfssohn (1754-1835) y Joseph Perl (1773-1839).

Al contrario de lo que muchos piensan, Moisés Mendelssohn NO fundó el Reformismo, ya que él jamás quiso cambiar la halajá, la Torá o el Talmud, vivió toda su vida como un judío tradicional. Incluso se podría considerar que no es precisamente el fundador de la Haskalá, ya que antes de él hubo otros pensadores que querían impulsar el conocimiento entre el el pueblo judío, como fue el caso de Baruj Spinoza.

La diferencia entre Mendelssohn y Spinoza, fue que el primero nunca atacó la religión y fue más conciliador con las comunidades de los guetos. A pesar de que Moisés Mendelssohn era un judío practicante tradicional, la haskalá no era un movimiento religioso que quisiera reformar la práctica judía, sino que era filosófico.

Así pues, Mendelssohn no quería que los judíos abandonaran sus prácticas religiosas ni que abandonaran los guetos y a su comunidad, ya que estaba convencido de que cualquier judío podía conservar su tradición, ser religioso en su hogar y en la sinagoga, pero al mismo tiempo acceder al conocimiento y estudiar ciencias o artes.


¿CUÁLES FUERON LOS PRECEDENTES DE LA HASKALÁ?


La Haskalá tuvo algunos precedentes que motivaron a Mendelssohn a impulsar la Haskalá:

a) La Época de Oro del Judaísmo. Antes de las cruzadas, los progromos y las persecuciones, dentro del pueblo judío se fomentaba el conocimiento y la ciencia, por lo que surgieron ilustres personajes versados en profesiones tan estimadas como la medicina y la literatura. En cambio, el mundo cristiano estaba lleno de dogmas que infundían el miedo a un dios castigador, fomentando la culpa, el martirio y el sufrimiento, ideas lejanas a la búsqueda de la sabiduría. Por esta razón, mientras que el cristianismo se fue sumiendo poco a poco en la Edad Oscura, el judaísmo floreció.

b) La Inquisición y el surgimiento del protestantismo. Después de los horrores de la inquisición y los abusos de la Iglesia Católica, muchos cristianos comenzaron a cuestionarse su propia fe, por lo que surge el movimiento protestante y otras corrientes que critican las prácticas religiosas, incluso varios abandonan la religión para volverse laicos. Así pues, entre los años 1700 y 1800 comienza a haber un rechazo generalizado entre las naciones hacia la superstición de la Edad Media y comienzan a surgir personajes que traen nuevos descubrimientos, tanto en el mundo cristiano como el laico. En cambio, los judíos, que habían sido hasta entonces perseguidos y concentrados en los guetos, decaen hasta convertirse en un grupo poblacional poco letrado, sumido en la ignorancia y desconectado del resto del mundo al no hablar más que su dialecto local, el yidish.

De manera que, antes de la Haskalá, mientras que los cristianos se estaban desarrollando el judaísmo seguía estancado. Los judíos se encerraban en los guetos sin abrirse al resto de las comunidades, su gente sólo hablaba yidish y no tenía más conocimiento que la práctica religiosa, incluso los rabinos, quienes tenían más acceso a la educación, no hablaban otros idiomas más allá de hebreo y arameo, y sólo sabían de Torá y Talmud.

El judaísmo en esa época, era sinónimo de ignorancia, lo cual recrudecía la discriminación hacia las comunidades judías.

Mendelssohn se da cuenta de esta situación, y siendo como él era, un hombre religioso pero al mismo tiempo letrado, pensaba que podía reproducir ese modelo en las comunidades de los guetos. La gente del gueto tenía miedo a la asimilación, pensaba que era peligroso salir y mezclarse con los gentiles, pero Mendelssohn estaba conscientes de un principio básico: una vez nacido judío serás judío hasta tu muerte, por lo que es posible salir del gueto, estudiar, educarse y regresar sin dejar de ser judío ni asimilarse, pues a final de cuentas, la halajá no prohíbe pensar, reflexionar o adquirir conocimiento, al contrario, la Torá insta a buscar la sabiduría sobre las mitzvot y la vida.

De esta manera logró que muchos judíos, particularmente los jóvenes, salieran de los guetos para asistir a la universidad y educarse (gracias a la Ilustración ya se habían universidades laicas en donde eran bien recibidos).

Gracias a la haskalá surgieron numerosas obras seculares y estudios crítico-históricos de los libros religiosos tradicionales, así como infinidad de diccionarios de hebreo y arameo. Así renace la cultura secular judía, que estudiaba la historia y la identidad del pueblo judío.

Sin embargo, los esfuerzos de Mendelssohn no resultaron exitosos en cuanto a conservar la identidad. Muchos de quienes salieron de los guetos se olvidaron del judaísmo y ya no regresaron a las comunidades. Otros se convirtieron al protestantismo para acceder a mejores universidades y mayores conocimientos. De tal manera, que los maskilim se diluyeron en dos vertientes: laicos y religiosos (convertidos al protestantismo). Por otra parte, al darse cuenta del crecimiento de la asimilación, los guetos se encerraron todavía más, prohibiendo el regreso a quienes decidían salir de ellos.

Incluso los descendientes del propio Mendelssohn terminaron convirtiéndose al cristianismo protestante, como fue el caso del músico Félix Mendelssohn, compositor de la obra "El Mesías".

Otro fracaso en el movimiento de Mendelssohn fue que la discriminación hacia la comunidad judía continuó. Él pensaba que con la integración de los judíos al mundo secular y al adquirir mayores conocimientos para salir de la ignorancia, se generaría una aceptación mejor del judío; pero no sucedió así, la judeofobia continuó e incluso se acrecentó al ver una ola de judíos que "invadían" los espacios públicos y privados.

La Haskalá tuvo una consecuencia más: el surgimiento del Movimiento Reformista varios años después, lo que desencadenó a su vez la creación de los movimientos Ortodoxo y Masortí.

Varios años después de la Haskalá, comienzan a surgir judíos que se preguntaban por qué forzosamente debían abandonar su religión para poder acceder a la ciencia y el conocimiento; pero al mismo tiempo se dieron cuenta que el judaísmo de los guetos ya no funcionaba para el mundo moderno, de manera que querían conservar su identidad si ser laicos y convertirse a otras religiones, sino construyendo una nueva forma de ser judío. Surge entonces en Alemania, alrededor de 1810, Israel Jacobson, quien retoma las ideas de Mendelssohn y funda del Reformismo (conocido en la actualidad como Judaísmo Reformista Clásico).

Israel Jacobson y sus seguidores tomaron como modelo para sus sinagogas a los templos protestantes, pues era la elite del conocimiento en aquella época. Entre las reformas que hicieron al culto estaban:


  • No usar kipá, tzitzit, ni tefilín.
  • No segregar a las mujeres en los servicios religiosos (aunque la lectura de la Torá seguía haciéndose sólo por hombres).
  • Cambiar el sidur por un himnario.
  • La sinagoga sustituye permanentemente al Beit Hamikdash, por lo que de ahora en adelante se le conoce como templo.
  • Se cambia la estructura interna de la sinagoga, de manera que el Aron Kodesh ya no se coloca al frente sino hasta atrás, así como la Bimá, que ya no está en medio sino mirando frente a todos los bancos como en los templos protestantes.
  • Se comienzan a incluir los sermones.
  • Se deja de seguir Kashrut.
  • Se crea una nueva forma de interpretar la Torá.
Todos estos cambios dan pie a la primera fase del Reformismo: la fase estética.

A pesar de que en apariencia las sinagogas reformistas eran imposibles de distinguir de un templo protestante, algunos rabinos de la época se sintieron atraídos por esa nueva forma de interpretar la Torá, lo cual los llevó a acercarse al Movimiento Reformista dando pie a la segunda fase: la fase teológica. En esta etapa, el propio Jacobson comienza a aprender más sobre Torá y Talmud, temas en los que, a diferencia de Moisés Mendelssohn, no era muy versado.

De esta manera se comienzan a crear escuelas rabínicas reformistas, siento las dos más importantes las fundadas en Londres y Alemania. El Reformismo creció tanto que en América se llegó al 90% de judíos dentro del movimiento Reformista.

En actualidad hay principalmente cuatro modelos reformistas: americano, europeo-liberal, contemporáneo, reformista (más cercano al judaísmo reformista clásico).

martes, 24 de febrero de 2015

JASIDIM Y MITNAGDIM

En los años de 1600, las comunidades judías de Europa del Este (lo que actualmente es Rusia, Ucrania, Polonia, Lituania, Hungría) presentaban un importante crecimiento económico y cultural; sin embargo, este florecimiento no libraba a los judíos de persecuciones y matanzas como la ocurrida en 1648 a manos de los Cosacos, un pueblo de formación militar que se estableció en las estepas del sur.

JASIDIM, fundados por el Baal Shem Tov


Tanto las persecuciones como los movimientos místico-mesiánicos de la época, comenzaron a mermar el crecimiento de las comunidades quienes poco a poco se fueron sumiendo en la pobreza dejando el estudio de lado, sufriendo también una caída intelectual.

El pueblo judío de Europa del Este estaba pasando por un mal momento, cuando surgió entonces una figura emblemática: Israel Ben Eliezer, mejor conocido como el Baal Shem Tov, el maestro de Buen Nombre, fundador del Jasidismo en el s. XVIII en Ucrania.

Jasidut es una palabra en hebreo que significa "devoción" o bien "piedad religiosa". De ahí viene Jasid (jasidim en plural), es decir, "piadoso".

Ya en el s. XII en Alemania existía un movimiento jasídico, que surgió a raíz de los asesinatos y suicidios en masa que sufrieron las comunidades judías a partir de Las Cruzadas. Este tipo de Jasidismo, conocido como Jasidut Ashkenaz, emerge alrededor de la familia Kalanymus, originaria de Italia.

El Jasidut Ashkenaz era una filosofía social que intentaba descubrir la voluntad del Creador elevando el nivel espiritual mediante una vida ascética: humildad, abstención, negación de placeres materiales, comportamiento moral ejemplar, renuncia al cuerpo, imposición de demandas religiosas superiores al resto de la comunidad y las mitzvot de la Ley, plegarias penitenciales, etc. La base de este jasidismo es que sólo es piadoso aquel que lleva una vida "moralmente superior" mediante la abstinencia a los placeres del mundo físico, lo cual conlleva cierto nivel de sufrimiento. No hay órdenes ni reglas, sólo cuentos y parábolas que sirven de ejemplo de cómo debe ser este comportamiento, el libro Sefer Jasidim es buen ejemplo.

En cambio, el Jasidismo del Baal Shem Tov proclamaba que cualquier judío podía anclarse al Eterno en todos los aspectos cotidianos a través de la plegaria, el canto y el baile. Rompió con la tradición académica de estudiar el Talmud y la Halajá para comprender cómo acercarse a Dios, y decidió guiarse por la "kavaná", la "dirección del corazón", sentir al Creador en cada pequeño detalle de la vida: en el trabajo del zapatero, en el desayuno de la mañana.

Este tipo de Jasidismo pronto se hizo popular entre los judíos menos estudiados y más humildes, quienes encontraron una forma de conectarse con Dios a pesar de no saber mucho de Torá o de Talmud.

A pesar de que entre los años 1600 y 1700 los movimientos místicos estaban en decadencia y no tenían credibilidad (debido en gran parte a los falsos mesías que generaron), el jasidismo del Baal Shem Tov (alrededor de 1698) tuvo muchos adeptos debido a la fuerte crítica en contra del academicismo y a la instauración de prácticas mucho más sencillas de seguir para el pueblo: usar el sidur en vez de estudiar a profundidad el Talmud, aprender cantos y bailes y no memorizar tehilim, contar cuentos y parábolas en lugar de dar cátedras de halajá.

A la muerte del Baal Shem Tov, el Jasidismo continuó a través de dinastías (los líderes estaban emparentados entre sí o provenían todos de una misma familia), tres principalmente: la del rabino Dov Ber (Maguid de Metzritch), rabino Najam de Breslav y la del rabino Shneur Zalman de Liadi (Alter Rebe), este último fundador de Lubavitch.

Muy pronto surgieron opositores a los Jasidim: los Mitnagdim (literalmente "opositores"), encabezados por Elijah ben Shlomó Zalmán Kremer, mejor conocido como el Gaón de Vilna, un prominente rabino de la época experto en Torá, Talmud, Cabalá, Matemática y Ciencias.

A diferencia de los rabinos tradicionales, en el Jasidismo los rebes eran respetados no por su conocimiento sino por su carisma (algunos fueron elevados de una forma casi divina), por lo que los Mitnagdim temían que los Jasidim se convirtieran en una secta más con falsos mesías como Shabetai Tzvi.

Los jasidim eran un movimiento con filosofía mesianista. Cada uno de sus rebes se convertía en un mesías, no un dios encarnado sino una persona de carne y hueso que sostiene al mundo y mantiene en pie a cada generación (ha habido 33 rebes hasta ahora).

El Jasidismo además era un grupo místico que había hecho masivo el estudio de la Cabalá a gente que los Mitnagdim consideraban como "no preparada" y lo cual consideraban que podría traer consecuencias desastrosas, sin mencionar que en estas enseñanzas estaba completamente ausente el estudio de la Torá y el Talmud, cosa que molestaba severamente al Gaón de Vilna y los Mitnagdim.

El Gaón de Vilna temía seriamente que debido a los Jasidim el nivel de las academias rabínicas bajara, y que los conocimientos y el estudio fueran reemplazados por las parábolas, canciones, danzas e historias milagrosas de los rebes jasídicos; por lo que en 1772 decretó la expulsión de los Jasidim del judaísmo (a su vez, los jasídicos "expulsaron" a los Mitnagdim), incluso hubo ataques anti jasídicos en Ucrania y Bielorusia, y destrucción de panfletos jasidim cerca del año 1870.

El Jasidismo sin embargo, ponía el énfasis en un crecimiento espiritual más que en el mesianismo. Sus rebes eran considerados tazdikim, hombres santos y virtuosos que servían como modelo a seguir. Su doctrina privilegiaba el placer y la alegría, y de estas enseñanzas surgieron muchas historias con moraleja (cuentos jasídicos) y diversa literatura cabalística como el Likuté Amarim Tania (que algunos consideraban de inspiración divina).

Las diferencias entre los Jasidim y los Mtnagdim eran tantas, que incluso se llegó a prohibiciones: un Mitnágdico no podía casarse con un Jasídico. Esta división continuó hasta la llegada la Haskalá: El iluminismo judío.

La Haskalá fue un movimiento filosófico laico, en donde los judíos de los guettos se comienzan a integrar a las ciencias y las artes, de manera que empiezan a surgir nuevas ideologías respecto a la tradición judía, más encaminadas a la razón y menos a la religión; por lo que los Jasidim y Mitnagdim ven en esto una amenaza, lo cual los lleva a terminar las diferencias entre ellos para hacer frente común en contra de la Iluminación, la cual sentían amenazaba la espiritualidad de las comunidades judías.

Después de la Segunda Guerra Mundial, muchos grupos jasídicos emigraron a lsrael, Estados Unidos y Europa Occidental, de manera que continúan hasta nuestros días. El más conocido de ellos es Jabad Lubavitch.

A pesar de haber surgido como un grupo no tradicional en su época, el jasidismo se identificó más con la ortodoxia moderna debido a su rechazo al movimiento de la Iluminación. No hacen ni aceptan conversiones (esto debido a una interpretación de las palabras del rebe de Lubavitch en donde decía que no apoyaba las conversiones), y aunque se consideran así mismos como ortodoxos, en realidad conservan mucha flexibilidad hacia todas las corrientes pues no le dan importancia al nivel de observancia religiosa sino a las acciones piadosas: dar tzedaká, hacer donativos a sus organizaciones, etc. Sus seguidores no exigen un nivel intelectual muy alto, sino que se basan en los decretos del rebe.

Por otro lado, los Mitnagdim también tienen una herencia: los Jaredíes, conocidos actualmente como "ultra ortodoxos".

Los ultra ortodoxos están en contra de cualquier manifestación mística y no aceptan a otros movimientos judíos. Entre las sectas jaredíes más conocidas, destaca Naturei Karta ("guardianes de la ciudad" en arameo), un grupo que apoya a Irán y repele a Israel, ya que según ellos, este estado fue fundado por seres humanos y no por la voluntad divina y por lo tanto no tienen ningún tipo de validez (a pesar de esto, la mitad de ellos reside en Jerusalén), incluso han llegado a negar la existencia de la Shoá (aunque algunos aceptan su existencia y la ven como un hecho en donde los nazis fungían como instrumento de Dios).

sábado, 14 de febrero de 2015

EL MISTICISMO JUDÍO

Después del edicto de expulsión de Granada en 1492, muchos judíos tuvieron que salir de España. Buscando un nuevo hogar, varios de ellos se asentaron en Venecia, Italia, incluyendo a Isaac Abrabanel, líder político y religioso que se asentó en Venecia en 1503.

MISTICISMO JUDÍO


En poco tiempo, de haber unos pocos judíos, Venecia comienza a recibir a miles, todos ellos de diferentes partes del mundo y hablando diversos idiomas, uniendo culturas ashkenazi y sefaradí. Debido a la gran cantidad de judíos inmigrantes, y ante el miedo de "la contaminación judía", la Iglesia Católica decide concentrarlos a todos en un sólo lugar, es así como sea crea el ghetto de Venecia en 1516.

Comienzan entonces a surgir ghettos por toda Italia en lugares como Roma, Padua y Mantua. Debido al hacinamiento, el ghetto era un lugar insalubre y pobre; sin embargo, en este lugar los judíos gozaban de un poco más de libertad para practicar su fe, tenían un lugar para vivir en una época en donde estaban siendo expulsados de todos los territorios, muchos de ellos comenzaron a estudiar en las universidades, componer música, e incluso exigir que tuvieran los mismos derechos civiles que el resto de los habitantes, así lo hacía por ejemplo, el rabino Simja Luzzato.

La época del ghetto de Venecia, coincide con la invención de la imprenta, y esta ciudad se convierte en uno de los centros más importantes de impresión. La impresión de libros en hebreo se incrementó considerablemente, en este tiempo se comienza a imprimir el Talmud. Muchas de estas impresiones son realizadas por cristianos en colaboración con judíos.

La impresión de esta gran cantidad de libros, permitió que muchos judíos de otras partes del mundo se conectaran y conocieran lo que otros judíos estaban pensando. Judíos de diferentes lugares, podían estudiar del mismo libro, cosa que no había sucedido hasta ese momento.

Además de Venecia, el Imperio Otomano también abrió sus puertas a los judíos expulsados de España. Así se abrieron centros de tradición rabínica en lugares como Salónica, Cairo, Constantinopla y Tzfat (Safed), esta última al norte de Israel. Aunque la mayoría de los judíos que llegaron a Safed trabajaban produciendo y vendiendo telas, una minoría de rabinos y pensadores se vieron inspirados por este lugar, entre ellos Iosef Karo, creador del Shuljan Aruj (libro publicado en Venecia en 1565) e Isaac Luria, comienza a surgir el misticismo judío.

El misticismo judío retiene la tradicional disciplina de la Tora y sus mitzvot, pero sostiene la idea de que cada mitzvá tiene un impacto cósmico que no figura en la literatura rabínica, es decir, se cree que las mitzvot no sólo sirven para delimitar la práctica judía, sino para atraer la presencia divina en la tierra.

Por su parte, Isaac Luria se comenzó a hacer de seguidores en Safed, debido a sus interpretaciones cabalísticas sobre la creación, ruptura, reparación y rendición del alma individual, nacional y cósmica judía. Este concepto cabalístico fue en realidad muy poco comprendido, pero la idea de una corrección cósmica a través de un proceso llamado tikún (en hebrero "corrección") se convirtió en un ideal tremendamente popular para los judíos en su exilio.

Muchos judíos, que vivían hasta ahora con sentimientos de desamparo después de tantas persecusiones y pérdida de identidad, encontraron en la Cabalá de Luria un sentido para sus vidas: la misión cósmica de unificar al pueblo para corregir, enmendar y unificar. De esta manera, el mundo podía convertirse en un verdadero paraíso, siempre que cada judío se conectara con Dios a través de las mitzvot.

El misticismo judío representa un intento de interpretar los valores religiosos del judaísmo en términos místicos, concentrándose en la idea de que Dios se manifiesta en los actos de la creación, la revelación y la redención, toda una esfera del ámbito de la divinidad, donde subyace el mundo de nuestras experiencias sensoriales y que está presente en todo lo existente, lo que los cabalistas llaman el mundo de las sefirot.

De acuerdo con los estudiosos, el auge de la mística judía se debió a una ruptura entre la realidad y la razón, ya que los judíos buscaban una causa lógica para las constantes adversidades y simplemente no la había.

Respecto a los discípulos de Isaac Luria, varios de ellos se volvieron locos. Este tipo de pensamiento místico, creaba una desconexión tal con la realidad, que la persona se veía envuelta constantemente en éxtasis que la llevaban a aislarse, hablar sola, tener alucinaciones, desarrollar movimientos corporales compulsivos, etc.

Tal fue el caso de Shabtai Tzvi, quien tras estudiar las ideas de Luria cae un estado alterado de conciencia que lo lleva hacia la locura (de ahí el término "lurias" para referirse despectivamente a los enfermos mentales). A pesar de su alteración, Tzvi se llega a hacer de varios seguidores, y buscando una cura para su estado mental se encuentra con el carismático Nathan de Gaza (otro místico que consideraba que el alma de Masiahj estaba vinculada con el Árbol de la Vida desde el principio de los tiempos), quien lo convence de que su trastorno no es tal, sino de que es el mismo Mesías.

Así, los seguidores de Shabtai Tzvi se convencen de que es el Mesías, e incluso llegan a violentar una sinagoga tratando de que la comunidad acepte esta idea. Es expulsado y en 1666 es capturado en Turquía en donde, amenazado de muerte, se convierte al islam, lo cual es imitado por sus discípulos fundando así la secta de los sabateos: gente convertida al islam, pero que sigue practicando judaísmo en secreto.

Varios de los seguidores de Shabtai eran descendientes de judíos conversos, aquellos que tuvieron que convertirse antes de la expulsión para conservar sus bienes, por lo que tenían más tradición cristiana que judía. Ello les llevó a interpretar que la conversión de su mesías fue un acto de sacrificio en donde él había tenido que descender al reino del mal, mediante el pecado de la conversión al islam, para realizar un tikun y liberar las últimas chispas divinas de esa religión para redimir así al pueblo judío y la humanidad, por lo tanto Shabtai se estaba sacrificando en nombre del pecado de todos los hombres para traer la redención. Finalmente Shbtai Tzvi se vuelve tan loco que termina por afirmar que él mismo es Dios.

Durante el auge del misticismo en Safed comienza a circular el libro del Zohar (esplendor), primero en sus versiones manuscritas, y posteriormente impreso en el año 1558 en Mantua. Su origen se atribuye a Rabí Simón ben  Iohay, un rabino del siglo II durante la persecución romana, pero algunos dicen que su autor es en realidad Moisés de León, el judío que lo publicó por vez primera en siglo XII, quien de acuerdo a la tradición lo compuso mediante revelación divina.

El Zohar se convierte en el libro central del movimiento cabalístico, está escrito en arameo y comprendida por midrashim orgarnizados según las parashiot. Debido a su contenido, se sabe que fue escrito en la Edad Media y tratado de traducir al arameo, esto es visible debido a los numerosos errores de ortografía que contiene y a las diversas referencias que se hacen de la época a lo largo de toda la obra. Es muy posible que su autor haya sido de origen sefaradí, y los expertos en el tema sostienen que es muy probable que se haya tratado de Moisés Cordovero. El Zohar analiza los textos bíblicos para extraer de ellos un significado oculto.

Algunos de los principales rabinos místicos:

Isaac Luria (El Ari, 1534-1572): Fundador de la escuela cabalística de Safed. De origen ashkenazí, emigró después casarse con una mujer sefaradí. Consagró su vida al Zohar y obras cabalísticas anteriores, comenzando a llevar una vida ascética al punto de tener visiones. Instalado en Safed enseñaba Cabalá en las sinagogas, difundiendo las ideas de Moisés Cordovero, con quien estudió la muerte de éste. El Ari creó una forma de aplicar la Cabalá, de tal manera que pudiera ser practicada por cualquier persona sin necesidad de ser un virtuoso. Luria no dejó escrita ninguna de sus enseñanzas, sino que fueron sus discípulos quienes las plasmaron en libros como "El árbol de la vida" y "ocho puertas" compilados por Rabí Jaim Vital.

Moisés Ben Yacov Cordovero (El Ramac, 1522-1570): Originario de España emigró a Safed, era erudito en Talmud. A los veinte años, su amigo, el rabino Salomón Alkabetz (autor del himno Leja Dodí "Viene mi amado para recibir a la novia"), lo convenció para empezar el estudio del Zohar. En 1548 terminó de escribir Pardes Rimonin (Jardín de Granadas), y en 1550 fundó una academia de estudios cabalísticos en Safed. Su principal obra fue Or Yacar (Luz Preciosa), un análisis del Zohar, la cual se convirtió en uno de los métodos clásicos para la interpretación cabalística.

Iosef Caro (1488-1575): Su padre era un eminente talmudista, siendo de los judíos expulsados durante el Edicto de Granada, cuando Iosef tenía cuatro años. En 1520 comienza a interesarse por la mística y a practicar Cabalá, a partir de entonces tuvo visiones que tomó por revelaciones, en 1538 fundó una yeshivá en Safed. Fue creador del Shulján Aruj (La mesa puesta).

Rabí Yitzhak Saggi Nehor (Isaac El Ciego, 1160-1235): Hijo de un talmudista, se le atribuye la autoría del Sefer Ha-Bahir (Libro de la Claridad), un texto antiguo de Cabalá publicado en Provenza, Francia, en 1176. Fue fuertemente influenciado por la filosofía del neoplatonismo.

Abraham Abulafia (1240-1291): Cabalista español nacido en Zaragoza. En 1281 trató de convertir al papa Nicolás III al judaísmo, pensaba que el mesías llegaría en 1290. Escribió "Los secretos de la Guía" y "Comentarios a la Guía de Perplejos". Intentó popularizar un método de conocimiento místico llamado "Camino de las ideas", consideraba que el hombre, en su estado de éxtasis, podía llegar al auto conocimiento, por lo que fomentaba la meditación y otras enseñanzas muy similares al yoga y el tantra (solía representar a la Torá mediante la imitación corporal de la forma de las letras hebreas).

La palabra Cabalá significa "recibir". Es una filosofía mística, sus seguidores afirman que se trata de una información recibida por Dios en el Sinaí dentro de la Torá Oral, la cual pasó de Moisés a Josué. Hay varios textos al respecto, los principales de ellos son el Séfer Ietzirá (Libro de la Creación) y el el Zohar, productos de esta filosofía. El Séfer Ietzirá es citado en el Talmud, la obra no es mayor a 1300 palabras y se desconoce su autoría aunque la tradición suele atribuirse al patriarca Abraham, algunos estudiosos consideran que es de origen babilónico y que fue redactado durante la época de la Mishná en el siglo II.

La fortaleza del misticismo comenzó en la Edad Media, con el Zohar. Durante el auge de los cabalistas de Safed, el misticismo no estaba acreditado por los rabinos serios de la época y fue ampliamente criticado; pero el pueblo, poco educado, lo aceptó y siguió a sus líderes debido a esta forma alternativa de ver al mundo, aún en contra del rabinato, los judíos humildes preservaron las prácticas cabalísticas y las hicieron parte de la identidad judía.

Rituales como Kabalat Shabat, o las canciones Adom Olam y Leja Dodí, son prácticas cabalísticas que fueron adoptadas por los judíos de Safed debido en buena parte a los sentimientos esperanzadores que en ellos generaba, les parecían acciones bellas, agradables y nuevas (por ejemplo, los cabalistas recibían Shabat en los bosques, entrando en contacto con la naturaleza para recibir a la novia).




Fue tanta la popularidad de los rituales cabalísticos que, a pesar de no estar respaldados en ninguna parte de la Torá, los rabinos terminaron por aceptarlos e incluirlos en la liturgia. También aceptaron el estudio de la Cabalá, pero consideraban, debido a los efectos que observaban en sus seguidores, que no era apto para cualquier persona y que por lo tanto debía restringirse sólo a sabios con ciertas características: Ser varón judío casado, mayor a cuarenta años, y docto es Torá escrita y Talmud.

Así mismo, comenzaron a surgir ciertas formas de enseñanza cabalística más organizadas. Por ejemplo, un rabino podía enseñar todas las generalidades de la Cabalá a sus discípulos, pero sólo elegirá a uno para adentrarlo en los secretos más profundos, este elegido debe comenzar de nuevo con el ciclo y conseguir nuevos alumnos.

Para sustentar la creencia de que la Cabalá no debía ser estudiada por cualquiera, los rabinos se apoyaban en una historia del Talmud, la cual narra como tres rabinos entraron al Pardes, lugar en donde se encontraba todo el conocimiento supremo de lo que Dios enseñó en Gan Edén. De los tres uno quedó loco, otro murió y el último se hizo ateo.

De acuerdo al Talmud, el Pardes es la Cabalá, y sólo un sabio ha podido entrar y salir cuerdo: Rabí Akiva (Akiva Ben Iosef, perteneciente a la tercera generación de los Tanaim).

lunes, 5 de enero de 2015

LAS CRUZADAS CRISTIANAS

Durante el siglo VII, en el año 613, surge en medio oriente un hombre llamado Mahoma (el nombre completo en el mundo árabe es Abu I-Qasim Muhammad ibn Abd Allah al-Hasimi al-Quraysi) que aseguraba haber recibido una revelación del Ángel Gabriel a través de un texto sagrado que se conoce como Corán. Surge así el Islam, que pronto comienza a tener muchos seguidores quienes comienzan a sostener batallas en contra de las tribus árabes paganas.



CRUZADAS CRISTIANAS


En el año 630 Muhammad Abd Allah toma La Meca, su ciudad natal y centro comercial de la época, y ya con un mayor apoyo militar comienza la expansión del mundo musulmán. A su muerte, los califas que le sucedieron continuaron con el plan de expansión.

Para el año 733 el mundo musulmán dominaba el norte de África, España, Jerusalem, Alejandría, Antioquía. Alcanzó un gran apogeo bajo el control del Imperio Otomano.

En este escenario, muchas de las comunidades judías se encontraron de frente con este nuevo mundo. La antigua Babilonia cayó para convertirse en Bagdad, y los judíos que ahí habitaban tuvieron que emigrar. Algunos lo hicieron a Europa del este (mayoritariamente cristiana) conformando a los pueblos Ashkenazim, y otros prefirieron quedarse en territorios musulmanes en donde encontraban una mayor tolerancia hacia sus creencias y prácticas religiosas, estos últimos habitaron Sefarad (que tradicionalmente se cree es la actual España) y por lo tanto se les llamó Sefaradim.

Se dice que en su camino migratorio, los Ashkenazim se encontraron con los Jázaros (conocidos también como Cázaros o Cazáres), una tribu turca del Cáucaso Norte que fue aliada del Imperio Bizantino contra los persas. Durante el siglo VII los Jázaros fundaron un kanato (reinado en turco) independiente en donde el judaísmo sería la religión oficial. Cuenta la leyenda que el rey Jázaro había simpatizado tanto con los Ashekenazim que se convirtió como judío y decidió que todo su pueblo debía seguir el mismo camino. Se cree que de esta convivencia devienen los rasgos caucásicos de los judíos de Europa del este, puesto que anteriormente la comunidad judía conservaba sus facciones medio orientales propias de los pueblos de los desiertos.

El contexto de la expansión islámica atrajo a muchos pueblos a la nueva religión, entre ellos al imperio selyúcida, un estado turco que se extendió por los actuales Ián, Irak y Anatolia. Precisamente fueron los selyúcidas quienes se confrontaron con el imperio bizantino derrotando en el 1071 al emperador Romano IV, su sucesor, Alejo I, solicitó entonces al Papa Urbano II ayuda y protección para controlar a los invasores.

En noviembre de 1095, Urbano II convoca al Concilio de Clermont en donde trata el tema de la invasión turca y otros asuntos. Llama entonces a la primera cruzada cuyo objetivo se fijó en recuperar Jerusalem, la "tierra santa", de manos de los "enemigos de la iglesia" argumentando que los cristianos que se encontraban en ese territorio estaban siendo abusados sin piedad.

La respuesta no fue la esperada, muchos se preguntaban por qué habrían de ir a morir a un lugar tan lejano cuando había "enemigos de la Iglesia" en su propios hogares, refiriéndose a las comunidades judías. Fue entonces cuando comenzaron los primeros ataques hacia los Ashkenazim. Ante este escenario, el Papa prometió la remisión de los pecados para aquellos que se embarcaran en la cruzada.

En total hubo cuatro cruzadas mayores y cuatro menores:

1a Cruzada: De 1096 a 1099. Se inició en Francia con el Concilio de Vermont. Su objetivo era tomar Jerusalem, lo cual se logró 1099 aunque con terribles dificultades debido a que los cruzados de entonces estaban conformados por nobles y plebeyos y no por un ejército profesional.

2a Cruzada: Comenzó en 1145, fue convocada por el Papa Eugenio III. Su objetivo fue atacar Damasco, estado independiente pero aliado del rey de Jerusalem. Los cruzados tienen éxito y lograr tomar Damasco.

3a Cruzada: En el año 1187, cae nuevamente Jerusalem a manos de Saladino, sultán de Egipto y de Siria. De manera que el Papa Gregorio VIII convoca a una nueva cruzada en 1189, la cual sería liderada por Ricardo Corazón de León, rey de Inglaterra. Los Cruzados no tuvieron éxito en retomar Jerusalem, se rindieron y el rey Ricardo firmó un tratado de paz con Saladino, como parte de las negociaciones se permitió a Corazón de León conservar las plazas costeras.

4a Cruzada: De 1202 a 1204. Esta fue una expedición militar organizada para recuperar Tierra Santa, no lo lograron pero en su camino los cruzados conquistaron y saquearon Constantinopla, capital del Imperio Bizantino y para entonces tomada por los musulmanes.

5a Cruzada: De 1217 a 1221, esta fue un nuevo intento fallido de recuperar Jerusalem tratando de derrotar primero al estado de Ayubí en Egipto. Esta cruzada estaba conformada por los ejércitos del rey Andrés II de Hungría y los batallones del príncipe austriaco Leopoldo IV.

6a Cruzada: Comenzó en 1228 nuevamente para tratar de recuperar Jerusalem. Se logra el objetivo pero por breve tiempo, ya que vuelve a caer en 1244.

7a Cruzada: Tras la caída de Jerusalem en 1244, el rey Luis IX de Francia organiza una nueva Cruzada tratando de derribar a Damieta en Egipto. Fracasa en su intento y es apresado junto con todo su ejército.

8a Cruzada: Inicia en 1270. Esta vez los cruzados habían abdicado de recuperar Tierra Santa y en su lugar optan por convertir a los "enemigos de la iglesia", particularmente al emir de Túnez, Egipto. Los ejércitos cristianos ni siquiera tuvieron oportunidad de combatir, ya que al desembarcar fueron presa de la terrible epidemia de peste que asolaba la región. El rey Luis IX muere por la enfermedad y es su hijo Felipe quien regresa a Europa tras firmar un tratado de paz con el Sultán, dando así por terminada la época de las cruzadas.

Muchos de los cruzados que participaron eran vándalos y criminales que esperaban obtener algún beneficio económico, otros eran nobles en busca de poder político. Lo cierto es que no todos estaban de acuerdo los argumentos religiosos, pero les simpatizaba la idea obtener nuevos territorios.

Por otra parte, el fervor religioso de las Cruzadas despertó un terrible sentimiento antijudío que se volcó en ataques hacia las comunidades judías de Europa. La primera agresión se presentó justamente en 1095, en Renania (en la actual Alemania), poco antes de que Urbano II convocara a la primera cruzada.

Otro ataque sucedió en York, Inglaterra, después de la coronación de Ricardo Corazón de León como rey y cruzado. En este último suceso, Ricardo prohibió el acceso de los judíos de su corte a la coronación, considerando que sería inapropiado en el contexto de la cruzada; sin embargo, algunos cristianos de la corte aprovecharon este gesto para desatar su ira en contra de los judíos, asaltarlos, flagelarlos y expulsarlos, actos que fueron imitados en varias poblaciones en donde se despojó a los judíos de sus pertenencias, se les difamó y se les convirtió por la fuerza al cristianismo.

Estas agresiones son conocidas como pogromos (del ruso "pogrom", que significa "devastación"). También en esta época fueron comunes las difamaciones en donde se decía que los judíos asesinaban a niños y bebés cristianos en demoníacos ritos o profanaban hostias.

A pesar de la postura oficial tanto del Papa como del rey Ricardo fue que las agresiones hacia las comunidades judías eran inadmisibles, los ataques y despojos continuaron. Muchos judíos fueron saqueados, golpeados y quemados vivos.

El odio de los cristianos europeos hacia los judíos provenía principalmente de dos falsas creencias:

a) En esa época estaba extendida la creencia de que los judíos habían cometido "deicidio" al crucificar a Jesús.
b) Se les consideraba aliados de los musulmanes, declarados "enemigos de la Iglesia".

En cuanto al mundo islámico, los musulmanes consideraban que todo aquel que no creyera en Muhammad Abd Allah como profeta de Dios era un infiel, daba igual si era cristiano o judío, aunque se prefería al cristiano porque consideraban que al menos las obras de caridad que los monjes realizaban eran actos de nobleza; sin embargo toleraban a los judíos y les permitían libertad religiosa. Si bien había discriminación hacia la comunidad judía y nunca se les consideró con los mismos derechos, no había actos de crueldad, ni saqueos, ni matanzas.

Para el Islam, los judíos eran el primer pueblo elegido por Dios, elección que les quita al rechazar a Jesús como profeta. Posteriormente elige a los cristianos, pero al caer en idolatría Dios prefiere hacer una nueva revelación a Muhammad Abd Allah, profeta superior a Moisés y Jesús, y declarar a los musulmanes como su nuevo pueblo santo. Esto les permitía ser más tolerantes respecto al cristianismo y el judaísmo, pues ambos habían sido electos en algún momento por la divinidad. Es por esta razón que la mayoría de las comunidades judías habían preferido residir en territorios musulmanes.

En cambio, para los cristianos los judíos eran doblemente pecadores, no sólo por no aceptar que Jesús era Dios (creencia establecida en el año 325 durante el Concilio de Nicea convocado por Constantino I), sino por haberlo matado. De ahí que se considerara a los judíos como rivales acérrimos.

Muchos teólogos del cristianismo trataban de confirmar el falso argumento del deicidio tomando como fuente el Talmud, en donde aparecen diversos personajes bajo el nombre "Ieshu", palabra lingüísticamente similar a "Jesús". De ahí que se hicieran diversos juicios a donde mandaban llamar a rabinos destacados a defender su libro sagrado, aunque la única intención de estos actos era exhibirlos. De hecho, durante esta época hubo varias quemas de Talmud frente a diferentes catedrales y parroquias, una de ellas ocurrió en las puertas de la conocida Catedral de Notre Dame.

Respecto al deicidio, lo cierto es que los judíos que vivieron bajo la ocupación romana no tenían ningún poder para ejecutar a nadie ni condenarlo a muerte, esta era únicamente una potestad de los procuradores romanos y en los evangelios se narra como fue Roma quien ordenó y llevó a cabo la cruxificción de Jesús (un castigo que ejercía Roma en aquellos tiempos hacia los enemigos del estado).

Sobre el tema de las historias de "Ieshu", efectivamente este personaje aparece en el Talmud pero no es un nombre, sino el acrónimo de "Iejad Shemo Vesijró" que significa: "sean borrados su nombre y su recuerdo", frase que se utiliza para nombrar a personas cuya vida fue malvada y que no se refiere a nadie en particular.

En el Talmud aparece la historia de este Ieshu, hijo de una tal Miriam (nombre muy común para la época) con quien un romano llamado Pantera había cometido adulterio. Ella decide esconder el origen de su hijo para evitar que fuera considerado bastardo. Ya como adulto este Ieshu se vuelve discípulo de un rabino, y es expulsado cuando, al visitar una posada, el rabí alaba la belleza del lugar y Ieshu confunde este comentario pensando que se estaba refiriendo a la dueña. Ieshu le reprocha que la mujer no es tan bella y el maestro se molesta, explicándole que como su discípulo no está ahí para fijarse en el aspecto de las mujeres, mucho menos de las casadas. Finalmente, en medio de su confusión y después de ser rechazado nuevamente como alumno en varias ocasiones, este Ieshu decide renegar de Hashem y dedicarse a la idolatría. Se dice que el Sanedrín lo condenó a muerte por apedreamiento y ahorcamiento.

Como este hay otros pocos relatos, escritos con la intención de generar una enseñanza moral y que para nada se refieren al Jesús de los cristianos. Hay que recordar que el Talmud, aunque fue plasmado por escrito paralelamente al desarrollo del cristianismo, en realidad sus historias eran tradición oral que se creó mucho antes de la ocupación romana, por lo que el personaje de Jesús no podía en ningún sentido figurar en dichos relatos. Sólo hasta nuestros días es que algunos judíos ortodoxos asocian este oscuro personaje con Jesús de Nazaret, con el objetivo de "alertar" a los judíos y evitar su conversión al cristianismo, pero esta asociación está evidentemente equivocada tal como lo explicaban los rabinos en la época de las cruzadas.

Para saber más: http://www.judiosyjudaismo.com/2013/02/los-judios-y-las-cruzadas/